Diagnóstico Patológico de Enfermedades Infecciosas

• Autores: Danny A. Milner, Nicole Pecora, Isaac Solomon, Thing Song
• Publicación: junio 2017
• Paginas: 434
• Editorial: Amolca
• Edición: 1ª
• Formato: 22*29 cm
• Encuadernación: cartoné

           Un esquema de capítulos fácil de usar y miles de imágenes de alta calidad se combinan para hacer de Patología diagnóstica: Enfermedades infecciosas, una compañía clave tanto para el médico patólogo general como el residente en formación.

           Organizado en secciones según el tipo de organismo (virus, bacterias, hongos y parásitos), las cuales se dividen para distinguir los organismos que pueden ser diagnosticados por su apariencia histológica.

           Patologías específicas según cada especie para poder encontrar los casos “cebra”.

           Información esencial listada en formato de viñetas con numerosas imágenes de alta calidad que facilitan el aprendizaje.

           Hechos clave que enfatizan los criterios necesarios para el diagnóstico o la adecuada evaluación en el momento de un procedimiento.

           Imágenes con características claras de las formas diagnósticas, herramientas diagnósticas complementarias, que incluyen el diagnóstico microbiológico y el molecular, patrones esperados de reacción patológica para los organismos dados e importantes patógenos comunes y no comunes.

           Explicaciones sobre cuándo usar, y cuándo no, el diagnóstico molecular, discusiones sobre las limitaciones histológicas y la forma de abordarlas.

Prólogo

           Cuando abro cualquier libro de texto de mi biblioteca sobre la patología de las enfermedades infecciosas, siempre me parece ver a un viejo amigo. Conozco sus historias y recuerdo sus caras, es bueno verlos, recuerdo las epopeyas que relatan y siempre aprendo algo nuevo. Con raras excepciones, todos los libros de mi estantería que versan sobre la patología de enfermedades infecciosas han sido escritos por alguien a quien he conocido en persona o con quien tengo (más a menudo) un fuerte vínculo de amistad. Somos un grupo pequeño, pero el conocimiento dentro de las páginas de estos textos es esencial para atender a los pacientes en todas las prácticas de anatomía patológica en el mundo, incluso si estos pacientes no se encuentran a diario.

           El patólogo promedio puede estar feliz de evitar los “bichos”, o puede atreverse a soñar con estar inundado de ellos (en lugar del espectro macabro de malignidad en el que crecemos adormecidos). A todos los libros los considero como muy buenos amigos, son re- confortantes en su integridad y me inspiraron esta obra actual.